Demasiado maquillaje

Hay una muchacha en mi empresa que usa demasiado maquillaje. No es que se ponga un poco de crema y ya. Es que no se le ve su verdadera piel. Hay demasiados centímetro de maquillaje como para que se vea su piel.

Efecto "Cochinillo al horno" Lo más in en los lofts de moda.

No quiero que penséis que soy una especie de neo-hippy que odia que las mujeres usen maquillaje porque lo testéan con simios y libres domingos y domingas y toda esa mierda. Pero me pregunto cuántas horas se pasan delante del espejo éstas almas en pena para echarse semejante cantidad de maquillaje en la cara. Seguramente, si de manera conjunta, usaran ese tiempo diario en, por ejemplo, combatir el hambre en el mundo, a estas alturas todos los habitantes de Etiopía iban a parecer tejanos hiper obesos.

¡Ah! Pero maquillarse tantísimo sin que se te caiga la cara a pedazos en un arte. Si yo me pusiera tanto pote, en dos días mi cara parecería una rodaja de Chopped pork. Sus trucos tendrán. Trucos oscuros, pasados de madre a hija de super amiga a super amiga. Trucos relacionados con fetos triturados y vejigas de gatitos. Todo muy elegante.
Y es que, es curioso ver que las chicas mega maquilladas se unen en comandita para disfrutar de su maquillada vida together. Son como polillas que cruzan sus caminos en una Osram de bajo consumo, pero con la diferencia de que, en este caso, la bombilla Osram es sustituida por pruebas de maquillaje organizados por despiadadas multinacionales.

Oreal y su nueva y agresiva campaña de marketing.

Me pregunto si, debajo de todo ese maquillaje hay una cara de verdad. O una cabeza de tamaño normal. Tengo la teoría de que en realidad, la cabeza de una chica que se maquilla como la de la foto de arriba es del tamaño de un melocotón y que, capa a capa, consigue un tamaño de cabeza normal. Seguramente no sea así, pero yo por si acaso no les toco la cara, no vaya a ser que se me quede el dedo atrapado.

Pipas con sabor a hamburguesa: ¿El final del camino?

Todos hemos visto el horrible anuncio de las Pipas con sabor a hamburguesa. Salen unos chicos guays que se vuelven más guays cuando comen pipas con sabor a hamburguesa. Yo, personalmente, les quemaba en la hoguera.

Esto es lo que han dado 1 millón de años de evolución.

Pero qué se le va a hacer. Es lo que pide el consumidor. Cosas con sabor a otras cosas. Pipas con sabor a hamburguesa. hamburguesa con sabor a pescado. Pizza con sabor a kebab. Pollo con sabor a pavo. Pavo con sabor a mierda pura. El tema se está saliendo de madre. Una cosa era cuando hace años comimos por primera vez las gominolas picantes esas, y otra cosa es que saquen pipas que saben a hamburguesas. Si seguimos así, en unos años nos preguntaremos a qué sabían las pipas, porque estaremos comiendo una bolsa de pipas, con forma de anacardos y sabor a corteza de cerdo.

Pero, ¿quién tiene la culpa de esta aberración culinaria? Seguramente la culpa la tenga algún pérfido cocinero/científico que odia la comida y se odia a sí mismo por ello. Su propósito es que todos terminemos igual de infelices que él, y no deja de parir abortos alimenticios como el que hoy nos ocupa. Por supuesto, el directivo que lo aprueba y el publicista que genera el esperpento visual que nos entra por los ojos no tienen menos culpa. En un mundo justo, se harían unas pipas con sabor a sus cadáveres putrefactos.

Y, por supuesto, un producto no se comercializa sin que haya gente que lo compre. Miles de jovenzuelos ávidos de nuevas experiencias compran estas pipas y se las meten en sus cavidades anales porque su sueño es comer cosas que, pareciendo un alimento X, sepan a un alimento Y. Para todos ellos, La Cúpula ha ideado unas pipas con un sabor especial. Pipas con sabor a pipas.

Nuevas Pipas G, ahora con más pipas.


Éstas pipas contendrían una alta concentración de serrín, astillas y barniz, ingredientes ideales para sufrir una hemorragia intestinal. Como resultado se les tendría que extirpar la mayor parte del intestino delgado y suplirlo por manguera de riego. A partir de ese momento deberían ser alimentados con fluidos de aspecto seminal y con sabores a otras cosas con lo que, finalmente, su sueño de comer cosas que no saben a lo que se parecen se haría realidad y el resto de los mortales no tendríamos que sufrir los horrores de estos pseudoalimentos.

Gente que huele a comino

No se sí sabéis cómo huele el comino. Es un olor desconcertante. Te abre el apetito, pero a la vez tiene un punto raro. Extraño. Como si no tuviera que ver con la comida. Como si el comino fuera en realidad un producto para lustrar zapatos. Es como el clavo. Es una especia que, siendo muy buena para guisos de carne (¡toma ya! La Cúpula Culinaria), tiene un ligero aroma a algo que usan los dentistas cuando te ponen un empaste. Suena a locura, pero es verdad. Vosotros oled clavo.

Bien. Hasta hace un par de días no hubiera sabido deciros a qué me recuerda ese extraño matiz del comino. Y como no, una vez más, la respuesta me ha llegado de manos del metro de Madrid.

Comino from outer space!

Creo que hace unos meses comenté que en el metro huelen las aletas a tutiplén. Y no me refiero a que le huelan a un borracho que llega a las 8 de la mañana de un domingo a su casa. Sino a gente que va a trabajar un martes a las 7 y media. No entiendo cómo puede ser que te huela el sobaco nada más empezar el día. Deberían ducharse por lo menos una vez por semana, como yo.
Supongo, inteligente lector, que ya sabes por dónde van los tiros.
El otro día, por la mañana al ir a trabajar, descubrí a qué me recordaba el matiz oloroso del comino que tanto me descuadraba los esquemas. En efecto: el matiz del comino es el mismo olor que le sale a algunas personas de la aleta. "Sudor añejo" u "old sudor" es un buen nombre para dicho perfume. No es un olor que tengan todas las personas que, digamos, "huelen fuerte". Es un ligero matiz que emanan algunos individuos. Es como un código oloroso, o una especie de lenguaje corporal. Extraño. ¡¡¡BIZARRE!!!

Por supuesto, el tema no termina aquí. Yo, que veo conspiraciones allí donde el resto de los mortales solamente ven una rodaja de mortadela con aceitunas, me hago las siguientes preguntas: ¿Y si estas personas son esporas de comino super evolucionado? ¿Y si acabo de descubrir que el comino convierte a las personas en receptáculos para sus huevas ? ¿Podría el comino estar iniciando una masiva invasión terráquea después de agotar todos los recursos de su planeta? Ahí os dejo pensando sobre ello. Yo por mi parte, tengo la dificil tarea de decidir si vuelvo a usar comino en mis platos o no. Jodido amigos.

Irómetro Vol. VII

¡Jornada Irometril! Hacía mucho que no ponía un Irómetro y he observado que los niveles de IRA se salen del Irostrometrímetro, que es un complicado sistema de poleas, gatos, botes de garbanzos y pigmeos, que sirve para detectar el nivel relativo de IRA en el ambiente.

En el último Irómetro os preguntaba acerca de si habíais robado, manchado o roto por venganza, y el resultado no pudo ser más rotundo: el 75% de los encuestados admitió que lo había hecho, y el 25 % restante que no lo había hecho, pero que se quedó con ganas y ahora se arrepentía. Me gusta, la IRA fluye.

En el día de hoy el Irómetro va a intentar estudiar un tipo de IRA muy cotidiana. Hay ocasiones en las que los planetas parecen alinearse para que no encontremos lo que estamos buscando. Por ejemplo: te despiertas tarde porque el despertador ha fallado, te vistes a toda prisa, revientas el despertador y antes de salir, te das cuenta de que no tienes las llaves. Vuelves al cuarto y las buscas. No aparecen. Maldices al inventor de las llaves y al inventor de los cuartos con recovecos en los que se esconden las llaves. Miras el reloj y ya vas 10 minutos tarde. Las llaves siguen sin aparecer y, justo cuando vas a ponerte a vomitar de rabia, te acuerdas de que estaban en el sitio más tonto, por ejemplo, el bolsillo de la chaqueta que usaste ayer. Este momento de inflexión, en el que encuentras las llaves, debería ser el catalizador para que la IRA se disipe de tu torrente sanguíneo y vuelva a los niveles normales (no bajos, pero si normales). ¡Pero no! El hecho de haber estado buscando las llaves durante 10 minutos y el llegar tarde a donde sea que tengas que ir, son razones suficientes para que el resto del día seas una especie de bestia huraña y malhumorada, que espeta aberraciones léxicas e insulta a ancianas.

Esos días son los que me interesan hoy. Los días en los que, por un nimio detalle, te los pasas malhumorado, cabizbajo y con la IRA por las nubes.

Así que, aquí viene la pregunta del Irómetro de esta semana:

¿Te has pasado algún día entero malhumorado por algo de poca importancia que te haya pasado al empezarlo?
Parecen inofensivas, pero son las catalizadoras de IRA más potentes del mundo.

Cuidado con Paloma que me han dicho que está hecha de mierda

Esta semana me ha dado por acordarme de cosas de cuando era niño. Si en la anterior entrada era mi fantabulosa carpeta multi-homo-racial, hoy me ha venido a la cabeza un casete del infierno, pensado y producido por el mismísimo Belcebú, y con el que estuve semanas atormentado a mis sufridos progenitores. El casete en cuestión es "Te huelen los pies" del maravilloso Emilio Aragón.

Haz como que sabes tocar la guitarra y pon cara de orgasmo anal Emilio.

Era la época en la que Aragón (Emilio, no la comunidad. Platillos para Pakito) estaba de moda por presentar "El juego de la Oca" con smoking y unas Converse negras. Por aquellos años, todo se le permitía a Emilio Aragón: presentar V.I.P noche, sacar discos, escribir, devorar fetos... nada se le negaba y todo era recibido por el público como la tendencia a seguir. Y claro, el mundo se detuvo cuando editó el casete infame es con mega hits como: "Cubatita de ron", "Ui se mua" y sobre todo "Cuidado con Paloma que me han dicho que es de goma" y la canción que daba nombre al álbum: "Te huelen los pies".


Es como una infame versión cañí del videoclip de Friends.

Los pocos recuerdos que conservo de esa época me han descubierto viajes familiares en coche en los que, durante horas y horas, sonaba el dichoso casete sin parar. Me imagino a mis pobres padres comprando en alguna gasolinera el casete de moda para cantar en familia, sin saber que eso supondría tener a dos niños cantando continuamente eso de "cuidado con Paloma que me han dicho que es de goma tará, tará, ta ta tará, tará, tará, ta ta tará". Y nosotros encantados, pidiendo por favor una vez más la canción que nos sabíamos de memoria, y con la que fardábamos delante de niños menos afortunados, que se tenían que conformar con la colección de discos de su madre, en los que rara vez faltaba algún horrible disco el dúo "Amistades peligrosas" y del que ya vomitaré más adelante en este mismo blog.

Cuánto mal ha hecho este hombre. Cuántas aspirinas ha hecho que tomaran nuestros sufridos progenitores.

Y lo peor de la historia es verme a mí, descargándome el horripiloso disco e intentando abstraerme y recordar el por qué de que esta canción me gustara tanto si ahora, solo con el primer acorde, ya he vomitado de IRA unas 8 veces. Misterios de las edades y de la mente humana.

¡Material escolar del infierno!

Como cuando hablé del horrible payaso cenicero que repartí como regalo en mi infame comunión, hoy voy a hablar de cosas que de niño nos parecían normales, y ahora, con un par de años mentales más, pueden llagar a ser horribles cicatrices en tu mente.

Cuando Mini Pakito iba al cole no se fijaba en lo que llevaba puesto, o lo que usaba para escribir. Lo único que le que me importaba era tener gomas Milán. Cuantas más mejor, y de todas las formas y colores. Supongo que el que más gomas diferentes tuviera ganaba algo. Además estaban ricas.

Pues bien, hace poco, revisitando mis tiempos de tierno infante, mirando libros, cuadernos y dibujos me encontré con esta carpeta tan chachi:

Son más modernos y mejores que tú.
Viky, Lolo, Gino, Jim, Tom, Juju, Maxou, Poxy y Lou.
Espero que estos personajes no hayan creado alguna especie de homo-trauma que salga a la luz en unos años. Me pone especialmente enfermo Maxou. Le odio.
Con esta carpeta iba yo a clase. Pringado de mi. Cuánto mal a hecho Benetton. La cosa no mejora con los cuadernos porque, aunque no tengo fotografía, recuerdo uno de un tío buenorro mojándose con una manguera. Cuanto más lo pienso menos sentido le encuentro. ¿Por qué? ¿Por qué alguien me regalaría semejante mierdez? Ahorraros la respuesta obvia, por favor.
Al menos recuerdo que tenía un estuche de Harley Davidson, para contrarrestar los efectos de la carpeta y el cuaderno.
Os animo a que hagáis memoria e intentéis sacar a la luz estos dolorosos y vergonzosos recuerdos. Yo voy a dejar de hacerlo. Ya he llorado suficiente por hoy.

Pelos geneticamente programados.

Es ponerme a pensar y ver conspiraciones por todas partes. Hoy me he fijado en los pelos de nuestro cuerpo. Los pelos de la cabeza, los pelos de los brazos, de las orejas, del culo... en fin, que os voy a decir que no sepáis de los pelos, estaréis pensando. ¡Ah! Pues es posible que haya algo que no sabéis.

La cuestión es la siguiente: cuando te cortas el pelo (de la cabeza) sabes que vas a tener que volver a la peluquería en un par de meses si no quieres parecer Jesucristo. No deja de crecer nunca. Si lo dejas crecer, al final lo arrastrarás por el suelo y los niños te lanzarán cacahuetes. Pero esto no pasa con los pelos del culo, por ejemplo. No crecen y crecen hasta poder hacerte la cortinilla desde la raja hasta los ojos. ¿Por qué? Porque están genéticamente programados para que crezcan X cm. Así, el pelo de los brazos crece hasta una longitud preestablecida que es diferente a la del pelo de las pelotas.

Hasta aquí todo puede parecer magia científica, pero más o menos normal. Pero claro, la pregunta es: ¿quién me ha programado el pelo? ¿Qué intereses oculta este insignificante bucle en nuestro ADN? ¿Acaso nos programan el pelo para que los peluqueros puedan cortárnoslo? ¿Acaso los payasos de Micolor tienen acciones en Llongueras?

Mi pituitaria necesita vuestro pelo para vivir...

Es posible, y cuando digo posible me refiero a probable, que nuestro pelo sea el primer escalafón de una conspiración cuyo propósito es aprovecharse de nuestros restos corporales. Si se han atrevido con el pelo, qué detiene a un fabricante de cera abrillantadora meter mano para programarnos el cerumen, y conseguir así toneladas de producto gratis? Y seguro que alguien puede usar las uñas para algo tan sucio como lucrativo.
Avisados quedáis. Si empezáis a notar que fabricáis pelo de más, o las uñas empiezan a crecer desproporcionadamente, es que ha empezado. No tendréis más salida que arrancaros el pelo o el órgano que fabrique lo que sea que os esté creciendo a tope, y huir a México.

Grumo nos ha dejado

Necronoticias en la Cúpula de la IRA: GRUMO, nuestro querido GRUMO, el del ojo con gigantismo, el que no dejaba de sonreír y estaba ahí siempre para apoyarte y quererte, el que nunca se quejaba de que el agua estuviera un poco sucia, el que se comía la comida esa hecha con cenizas y restos de sus familiares del mar... Ese GRUMO nos ha dejado. Se ha ido al cielo de los peces, en donde se codea con los grandes peces de la historia: Flipper, RIntintín, tiburón I, II y III, la orca de liberad a Willy que en realidad se llamaba Wilma y muchos más. Ahora está comiendo plancton del bueno y fumando puros en una pecera tan grande como un estadio de fútbol, o más.


Pero no estéis tristes. GRUMO vivirá con nosotros para siempre. No podíamos tirarlo por el water. No se merecía ir a parar donde van a parar las cagadas. Así que see nos ocurrió algo mucho mejor. Enterrarlo en su pecera y plantar una planta encima. Ahora la planta y GRUMO son uno solo. Una simbiosis antinatural que dará como resultado una especie de pez-planta con ojos gigantes que buscará venganza. O puede que haga lo que le digamos y podamos lanzarlo contra la humanidad. Quién sabe.
El entierro se ofició en la sala que le vio crecer, con música escocesa de gaitas (que es la que presumimos que más le gustaría. A continuación os dejo el vídeo de su entierro:


Vuela grumo, ahora eres libre.

Os pido que guardéis unos segundos de silencio en memoria de GRUMO. Él os quería. Os amaba. GRUMO, siempre estarás en la memoria colectiva que es Internet gracias a este Blog.