Reciclaje Imposible

Paradoja del reciclaje: miles de euros destinados a concienciar a la ilustre ciudadanía de que hay que reciclar para que todo se vaya a la mierda en el momento cumbre de este noble hábito.

No sé si alguno de mis escasos lectores será aficionado al reciclaje -aunque eso de aficionado suena a que reímos y cantamos mientras reciclamos, nada más lejos de la realidad-; la cuestión es que, cualquier persona que se enfrente al reto del reciclaje lo hace con ilusión y con esperanzas de ayudar a nuestra madre naturaleza, salvar ballenas jorobadas, focas bebé y toda esa mierda. Pero como siempre, la vida real es peor de lo que parece en las películas de Disney. Puede que los canadienses sigan reventando cabezas de focas para confeccionar el tanga de alguna rica anciana decrépita, pero la promesa de 1 kilo menos de CO2 en la atmósfera gracias al reciclaje que hagamos en un año es más que suficiente.

Una vez que aprendemos qué cosas van con qué bolsas y en qué parte del cubo pro-reciclaje que hemos comprado, y llenamos una bolsa de envases, la bolsa debe ser depositada en los contenedores amarillos. Con esto nos cercioraremos de que cada tetrabrick reciclado evite el tener que usar un feto de simio para fabricar uno nuevo. El problema de los conetenedores amarillos es su escasez. Según la publicidad, podríamos atravesar todo el país de costa a costa saltando de contenedor en contenedor, pero lo cierto es que siempre quedan lejos del hogar.

Y así, salto a salto, llegamos al meollo de la cuestión, al nudo, a Rosebud. El reciclador novato llega a un contenedor amarillo con una bolsa enorme y rebosante de ilusión, y se encuentra con un factor que hará que nunca vuelva a reciclar.

Premio al diseño más inutil del año.

¿Por qué? ¿POR QUÉ? ¿Por qué teniendo un contenedor tan grande y amarillo tenemos que meter nuestra enorme bolsa por una agujeros tan pequeños? La respuesta es clara, porque realmente, los lobbys de los tetrabriks no quieren que reciclemos. Porque en el momento que intentas meter la bolsa por ese minúsculo agujero, el contenido de la bolsa empieza a rebosar y caer por toda la calle y tus manos terminan llenas de yogur y de líquidos más o menos apestosos, algo en tu mente cambia, y pasas a querer matar focas bebé con tus propias manos.


1 Comentarios llenos de IRA:

Kutusov dijo...

Hace un par de años publiqué mi propio manifiesto pasando a tope del medio ambiente y concretamente del contenedor amarillo.
http://menudoscabrones.blogspot.com/2009/09/papanatismo-ecologico.html

Que lo disfrutes.

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